Luego de una década escuchando al presidente y altas autoridades de su régimen repetir hasta la saciedad que todos los problemas de Venezuela son culpa de la CIA, uno puede afirmar que la identidad del coco ha sido establecida en el vernáculo venezolano. O por lo menos en los hogares donde Chávez es el santo patrón, el que todo lo ve y todo lo sabe. ¿Que no hay leche en el mercado? Esa fue la CIA. ¿Que las lluvias causaron el derrumbamiento de unos ranchos? Esa es la CIA. ¿Que acribillaron a unos estudiantes en Kennedy? La CIA esta infiltrando nuestro barrios. ¿Que los maestros están protestando, los obreros de PDVSA anunciando paros y los damnificados de Vargas clavándose las manos a los arboles en el Rosal? ¡La CIA esta desestabilizando la revolución bolivariana!
La CIA planeó, organizó e intentó tumbar a Chávez en el 2002. La CIA capturó a Rodrigo Granda y casi lleva a la guerra a Venezuela y Colombia, cuando sus operativos mataron a Raúl Reyes en Ecuador. Manuel Rosales está en la nomina de la CIA, y los recoge latas son en realidad agentes secretos de la CIA, que mantienen al imperio informado en todo momento de lo que sucede, en todo lugar, en Venezuela.
¿El referendo revocatorio? No faltaba más, esa fue otra maquinación de la CIA. Ahora bien, a cinco años del RR, la CIA ha decidido declarar, a través de un experto en ciber-seguridad llamado Steve Stigall, que Chávez en realidad se robó la elección y que los resultados anunciados por Francisco Carrasquero y Jorge Rodríguez, otrora dizque autoridades electorales independientes, no son reflejo de la voluntad popular sino producto del chanchullo del CNE con las maquinitas de Smartmatic.
Discúlpenme lectores, pero, este nuevo coco es pura paja. Stigall ha dicho que, hasta donde él sabe, el programa utilizado para determinar aleatoriamente los centros que habrían de auditarse, en la segunda auditoria, fue el que propuso el CNE. Basado en esta información, Stigall concluye que en los centros escogidos no ocurrió ningún guiso, es decir la votación electrónica se llevó a cabo debidamente, por tanto, una auditoria no revelaría nada comprometedor. No obstante si hubo guiso, ya que según Stigall, alterar electrónicamente resultados electorales es fácil.
Pero eso lo sabíamos los venezolanos desde el 2004. Jennifer McCoy, del Centro Carter, admitió en un email dirigido a mi persona, que el programa utilizado, en computadoras del CNE, para seleccionar los centros a ser auditados, era del CNE. La utilización de ese programa fue lo que causó que la oposición se retirara de la auditoria, declarando fraude, puesto que el arreglo entre el CNE, gobierno, oposición y observadores internacionales no contemplaba que fuera el CNE quien decidiera que programa se utilizaría. McCoy afirmó al respecto “en retrospectiva, me gustaría haber insistido en la utilización de nuestro programa, no porque dude del que uso el CNE, sino mas bien por el problema de percepción y la confianza que esta acción hubiera generado. También lamento no haber insistido en negociaciones directas entre el CNE y la Coordinadora Democrática sobre las condiciones de la segunda auditoria. Creímos en aquel momento que era importante realizar una segunda auditoria lo más pronto posible, y de esa forma atender las preocupaciones de la Coordinadora, sobre la posibilidad de que se violara el contenido de las urnas”.
El 3 de octubre del 2004 escribió McCoy esas palabras. Publique mi intercambio con McCoy ese mismo día. Pero le ha tomado casi 5 años a la CIA afirmar públicamente lo que sabíamos. Lo que la CIA no ha dicho explícitamente, es que en esa segunda auditoria, a realizarse en 192 cajas o urnas que serian escogidas dizque al azar, solamente 76 cajas o urnas fueron auditadas. De esas 76 urnas auditadas, la oposición presenció solamente 27, y en esas 27 urnas auditadas el resultado fue el contrario al anunciado por el CNE. Mis preguntas de entonces a McCoy, son validas hoy para la CIA: ¿Por qué no se auditaron las 192 cajas o urnas? ¿Por qué se le permitió a la oposición presenciar solamente 27 de la 76 auditadas? ¿Por qué la OEA y el Centro Carter, violando el acuerdo suscrito, permitieron al CNE utilizar su programa de selección aleatoria de urnas, y no el propuesto por la OEA y el Centro Carter, como exigía la Coordinadora?
Desde luego que con una CIA como esa Hugo Chávez puede dormir tranquilo y seguir ganando tantas elecciones como le plazca.
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