Juan Nagel, colega bloguero de Caracas Chronicles, mantiene que aparte de los corruptos, los radicales, y de los fanáticos, no queda gente normal en el chavismo. Esta es una afirmación muy dura, insultante quizás, para con un colectivo que apoya y simpatiza con el teniente coronel Hugo Chavez. Lo que si es inobjetable, es que en el chavismo no existe un mínimo de critica, y la disidencia no es permitida en ninguna de sus formas, es lo que dice el jefe, porque "jefe es jefe", y punto.
Si hay un individuo que personifica al corrupto, al radical, al fanático, y además de ello, al amoral y al oportunista, ese es Roy Carson, editor de Vheadline. Quienes hemos seguido durante los últimos años la política venezolana, y el tipo de cobertura que los medios tanto tradicionales como alternativos han dado a la dizque revolucion bolivariana, hemos visto cómo Chavez ha logrado "encantar", a veces por cuestiones ideológicas y las más por motivos estrictamente económicos, a personas que comparten una característica: la capacidad de alabar a Hugo Chavez por sobre cualquier cuestión moral o ética. Para éste colectivo de gente anormal, matar, herir, encarcelar, apoyar el terrorismo, trampear elecciones, violar derechos humanos, malgastar dinero publico, condenar a la miseria a millones de personas, robar, atropellar a las minorías, mentir, abusar, insultar, tergiversar, y violar cuanta ley sea necesario, son acciones perfectamente válidas, y moralmente justificables, en tanto la comisión de las mismas contribuya con la permanencia en el poder del líder supremo, y con el aplacamiento de la sed de venganza de los resentidos sociales que conforman el chavismo. Es más, esa gente no sólo justifica la comisión de delitos de lesa humanidad, sino que los defiende con absoluta convicción, por cuanto en su visión maniquea del mundo, Hugo Chavez es un ser etéreo, incapaz de errar o hacer el mal.
A ese grupo pertenece Roy Carson, y, desde hace años, a la diseminación de la propaganda política chavista ha dedicado su portal Vheadline. Dicen que Carson es sueco, vive en el Reino Unido. No obstante, no ha tenido problemas en publicar informaciones falsas, y en tergiversar noticias de Venezuela, un país con el cual no tiene nada que ver, mas allá de intereses comerciales de cuestionable naturaleza. Carson es tan descarado, que no ha tenido reparo en escribir perlas como "Boyd - si ustedes piensan que van a "ganar" esta guerra de disinformación (sic), están muy equivocadon (sic)." Carson necesita propagar una imagen positiva de Venezuela, debido a su extraña relación con la minera canadiense Crystallex. Para Carson, reportar una visión distinta a los diktats del comandante presidente, equivale a proveer "disinformacion". Carson sin embargo entiende la publicación de propaganda como actividad que debe ser financiada por el régimen chavista, demostrando que lo suyo cae dentro del espectro de los amorales, bien dispuestos a poner su radicalidad al servicio de la tiranía y de la opresión.
Afortunadamente, ni siquiera los miles de millones de dólares que ha destinado el golpista a la construcción de su aparato hegemónico de propaganda han impedido que los medios de comunicación internacional informen debidamente sobre Venezuela. La propaganda de Vheadline y otros medios similares, como Venezuelanalisys, Aporrea, etc., no han logrado su cometido, ya el mundo sabe quién es Chavez, quiénes son sus amigos, y cuáles son sus planes. Es más, soplan vientos de cambio. Tan es así que Carson, haciendo honor a su cualidad de amoral, anda ahora enviando correos electrónicos, a personajes claramente identificados con la oposición (luego de años publicando propaganda chavista y defendiendo a su líder), solicitando artículos que serán publicados en su portal. ¿Será penado el salto de talanquera de esa rata llamada Roy Carson?
Addendum: Gustavo Coronel, cuyos artículos solían ser publicados en Vheadline, nos envia una aclaratoria, afirmando que Carson es irlandés, y que vivió algunos años en Venezuela, de donde aparentemente tuvo que salir en volandillas por razones desconocidas...
1 comment:
Para seguir con la alegoría: las ratas sólo abandonan el barco cuando éste se está hundiendo y los mercenarios abandonan las causas cuando la paga se acaba... digo yo, no?
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